
Forjando un legado
Desde Cuadernos templarios hemos empezado a trabajar en una obra que trascenderá el tiempo y el espacio, un viaje literario que revivirá la épica y el misterio de la legendaria Orden del Temple. "Cuadernos Templarios: Forjando un legado" no será solo un libro; será una llave maestra que abrirá las puertas a un pasado fascinante, donde la historia se entrelaza con la leyenda.
Sumérgete en las profundidades de la historia, donde cada página será un pergamino que narrará valientes hazañas y sagradas misiones. Con una meticulosa recopilación de documentos y narraciones noveladas, esta obra será un testimonio de la vida, las batallas y los secretos mejor guardados de los caballeros templarios.
Descubrirás los enigmas que han cautivado al mundo durante siglos. "Cuadernos Templarios: Forjando un legado" será más que una lectura; será una experiencia que te transportará a los campos de batalla, a las fortalezas ocultas y a los pasillos del poder que forjaron la historia de la Orden del Temple.
Este trabajo imprescindible será una invitación a explorar el legado de los templarios, a sentir la pasión y el coraje que los impulsó a buscar la verdad y la justicia. Prepárate para ser parte de la leyenda, para ser testigo de la historia como nunca antes.
Además, Las imágenes que adornarán sus páginas serán una ventana abierta a la época dorada de los caballeros templarios. Cada ilustración será creada con un compromiso férreo a la precisión histórica, capturando la esencia y el espíritu de la Orden del Temple.
Imágenes que cobrarán vida, transportándote a un tiempo donde la valentía y la fe dictaban el curso de la historia. Desde la majestuosidad de los castillos templarios hasta la intensidad de las cruzadas, las ilustraciones te sumergirán en un mundo donde cada detalle cuenta una historia.
Con una paleta que refleja la riqueza y la textura de la época medieval, estas imágenes no solo complementarán el texto, sino que hablarán por sí mismas, ofreciendo una narrativa visual que será tanto educativa como emocionante. Son el resultado de una investigación exhaustiva y una pasión por revivir la historia con autenticidad y respeto.
"Cuadernos Templarios: Forjando un legado", será el libro que no solo leerás, sino que vivirás en cada palabra, en cada revelación. ¿Estás listo para desentrañar los misterios del Temple? ¿Estás listo para la aventura?
Prepárate para ser cautivado por la belleza y el dramatismo de esta obra, que será un tributo a los hombres que vivieron, lucharon y creyeron en los ideales del Temple. Mira a través de los ojos del pasado y experimenta la historia como nunca antes.
Ponte en contacto con nosotros: forjandounlegado@valentiamediaevalis.es
Cuadernos templarios: Forjando un legado
Lee aquí algún pequeño fragmento de lo que estamos preparando... los iremos cambiando cada cierto tiempo para que puedas disfrutar de este nuevo proyecto.
Godofredo de Sanit-Omer estaba sentado en un pequeño banco de madera, en el patio de una antigua casucha frente al Templo de Salomón. El caserón era una construcción de piedra, con varias habitaciones, un patio interior y una capilla. Allí Godofredo y sus compañeros se dedicaban a rezar, ayunar y entrenarse en el arte de la guerra. Visitaban a menudo la Iglesia del Santo Sepulcro, donde se dice que fue enterrado Jesucristo. Allí se arrodillaban ante su tumba y oraban olvidando el paso de las horas. También subían alguna que otra vez al Monte de los Olivos, desde donde contemplaban el panorama de la ciudad y el valle del Cedrón.
Era una mañana fría pero apacible y tranquila. Godofredo leía un libro de salmos, cuando oyó unos pasos que se acercaban. Levantó la vista y vio a Hugo de Payns, que venía con una expresión de preocupación en su rostro.

- ¿Qué ocurre, amigo? -le preguntó Godofredo.
- Godofredo, tenemos que hablar -le dijo Hugo.
- ¿De qué se trata?
- De los peregrinos, y de los santos lugares.
- ¿Qué pasa con ellos?
- Pasa que están en peligro y que necesitan nuestra protección.
- ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir que los infieles no cesan de atacarlos, de robarles y de matarlos -le dijo Hugo-. Quiero decir que los caminos que conducen a Jerusalén y a los demás lugares sagrados, están llenos de bandidos y de asesinos. Quiero decir que los peregrinos que vienen a Tierra Santa, con fe y con devoción, no encuentran más que sufrimiento y desolación. Quiero decir que...
- Lo sé, amigo, lo sé -le dijo Godofredo-. Y me duele el alma y me hierve la sangre al ver tanta injusticia y tanta crueldad.
- Entonces, ¿no crees que debemos hacer algo? -le preguntó Hugo.
- Claro que sí, claro que sí -le dijo Godofredo-. Pero, ¿Qué podemos hacer? Solo somos unos pocos caballeros, contra miles de enemigos. Somos pobres y humildes contra ricos y poderosos. Somos unos desconocidos y unos marginados contra famosos y respetados.
- Podemos hacer mucho, Godofredo, mucho más de lo que imaginas -le dijo Hugo-. Podemos crear una nueva orden de caballería que se dedique a proteger a los peregrinos y a los santos lugares. Podemos jurar voto de pobreza, de castidad y de obediencia, y seguir una regla de vida. Podemos vestir un hábito que simbolice nuestra pureza y nuestra inocencia. Podemos ser los servidores de Dios y de su iglesia.
- Eso suena muy bien. Pero, ¿Cómo lo haremos? ¿Cómo conseguiremos la aprobación y la bendición de las autoridades? ¿Cómo nos mantendremos y nos armaremos? ¿Cómo nos organizaremos y nos gobernaremos?
- Podemos ir a ver al patriarca de Jerusalén y al rey Balduino y pedirles su autorización y su ayuda -le dijo Hugo-. Podemos contarles nuestro proyecto y mostrarles nuestra fe y nuestro valor. Podemos pedirles que nos concedan la regla de San Benito, que es la más antigua y la más venerada. Podemos pedirles que nos den algunas tierras y algunas propiedades para que nos sirvan de sustento y de defensa. Podemos pedirles que nos reconozcan como una orden legítima y canónica y que nos den algunos privilegios y exenciones.
- ¿Y crees que nos escucharán y nos harán caso?
- Creo que sí. Porque el patriarca es un hombre piadoso y caritativo que se preocupa por los pobres y los necesitados. Porque el rey es un hombre sabio y piadoso, que ama a su reino y a su iglesia. Porque ambos saben que nuestra orden puede ser de gran utilidad y de gran beneficio para la defensa y la seguridad de Tierra Santa. Porque ambos son nuestros amigos y nuestros benefactores y nos aprecian y nos estiman.
- ¿Y qué hay de los demás? ¿De las otras órdenes religiosas y de los otros señores? ¿No se opondrán a nosotros y nos harán la guerra?
- Es muy posible que sí. Pero no todos, ni los más importantes. Porque hay otros que nos apoyarán, porque son nuestros amigos y nuestros defensores y nos ayudan y nos protegen. Por ejemplo, el conde Hugo de Champaña o el conde Fulquerio de Anjou, que es el prometido de la hija del rey.
- Tienes razón- Hay muchos que nos apoyan y pocos que nos odian. Hay muchos que nos quieren y pocos que nos temen. Hay muchos que nos bendicen y pocos que nos maldicen.
- Entonces, ¿estás de acuerdo? ¿Estás dispuesto a fundar una nueva orden de caballería que sea la más noble y la más santa de todas? -le preguntó Hugo.
- Sí, amigo, sí. Estoy de acuerdo y estoy dispuesto. Estoy dispuesto a renunciar a todo por servir a Dios y a su iglesia. Estoy dispuesto a arriesgar mi vida, por defender a los peregrinos y a los santos lugares. Estoy dispuesto a fundar una nueva orden de caballería que sea la más noble y la más santa de todas.
- Entonces, vamos Godofredo, -le dijo Hugo-. Vamos a ver al patriarca y al rey y a pedirles su aprobación y su bendición. Vamos a cumplir nuestro sueño, y a empezar nuestra leyenda.
Hugo y Godofredo se levantaron, se abrazaron y se sonrieron. Luego salieron del patio y fueron a buscar a sus otros compañeros, que estaban rezando y preparándose. Les contaron su conversación y les pidieron que les acompañaran. Todos aceptaron y se pusieron en marcha. Salieron de allí e iniciaron los preparativos para partir hacia Nablus, donde en fechas cercanas se celebraría el concilio convocado por el Patriarca. Hugo y sus compañeros habían decidido fundar una nueva orden, una orden que sería la más noble y la más santa de todas...